Un día normal, un día común, pero tu mirada me atraviesa el alma. Nos dicen qué te ha ocurrido, que ya no podrás mover el cuerpo ni hablar, y que estás muy desorientado y triste.

Decidimos entrar, sin saber cómo te encontraremos ni cómo seremos recibidos. Queremos darte calor, alegría y proximidad.Entramos y te vemos. Tu cuerpecito está estirado en una cama. Tu mirada de miedo, de inocencia en este cuerpo tan adulto. Pero sobre todo, mirada amigable. Cantamos para ti y te siento cerca. Me gustaría llevarte de viaje.Subirte a una góndola y remar para ti en un viaje tranquilo.

Te llevaría por un río tranquilo, rodeado de selva.  Navegaría también por el Mediterráneo de Menorca y por los canales de Venecia, si te gustan. Podríamos también hacer una paradita en un lago en calma de la Selva Negra. Llevando el movimiento en tu vida, paseando contigo y disfrutando de la naturaleza tan preciosa que nos abraza. Que todavía te abraza.

Katrina

Ir al contenido