Un milagro en la unidad de cardio

Ventolina y Acetato están en el Hospital Universitario de Son Espases. Nos topamos con el anestesista más divertido de todo el hospital.  Nos estaba buscando. Nos pregunta si le podemos acompañar. Aunque íbamos a otro lado, cuando nos hacen peticiones tan especiales, no podemos negarnos. Así que nos dirigimos a la unidad de cardio.

Allí hay un niño con una tensión arterial muy elevada. Tienen que hacerle varias pruebas, pero está muy inquieto, no se deja y se enfada. 

Empieza a golpear a todo el mundo que le pasa por delante. No sé qué tenemos los payasos, ni qué es lo que ve cuando nos mira, pero, de repente, es como si todo se detuviera. Sus ojos quedan fijados en nosotros, como si nada existiera.

Le cantamos una canción con su nombre, que por suerte rima con muchas palabras. En poco tiempo, tenemos el anestesista, la doctora, las dos enfermeras y nosotros cantando juntos esa canción. Así se deja realizar todas las pruebas. No nos deja de mirar y sonríe. Es mágico.

El milagro: no ha hecho falta ponerle anestesia. Todos los profesionales nos agradecen la ayuda. Una semana después, incluso una de las enfermeras nos dice que no se lo creía, que con ese niño nunca pueden, que siempre deben anestesiarlo, y que con nosotros no fue necesario.

Nosotros también les estamos agradecidos por ponerlo todo tan fácil. Espero que A esté bien y nos vuelvan a llamar la próxima vez que nos necesiten. Nos encantaría volver a verlo.

Valentina Ventolina

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