Un encuentro conmovedor

Hace unos meses, hice una historia acerca de un paciente de hospital de día. Nos sacamos una foto porque era el inicio de su quimioterapia y teníamos muchas ganas de acompañarlo en este proceso. 

Un día cualquiera, caminando por el pueblo, me encontré con él una vez más. Esta vez fuera del hospital, recuperado, con fuerzas, sintiéndose bien. 

Mi emoción fue enorme al ver que me reconocía, y fue más emocionante escuchar de su boca cómo expresaba el trabajo que hacemos, lo bien que le hicimos y cómo cambiaba toda la energía desde que entrábamos. 

Escucharlo fue todo un subidón, qué cosa más bonita cuando están hablando con tanto amor y cariño del trabajo que desempeñamos. Son estos pequeños, y a su vez enormes, detalles los que nos hacen sentir tan privilegiados de poder acompañar y estar en estos procesos y situaciones. 

Es un enorme regalo, no solo para ellos, sino también para nosotros. Realmente creo que la risa, la alegría, las lágrimas de emoción y el amor dan vida, aumentan en nuestro cuerpo un montón de cosas que hacen que nos sintamos mejor. 

Y solo por eso ya merece la pena intentarlo.

Gracias por compartirlo. 

Doctora Pastilla 🤡

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