Soy Sion Camilla y hoy me acompaña, como siempre, mi queridísimo Profesor Síntesis. Hoy nos han propuesto un reto importantísimo: ¡comer con los ojos vendados! Sí, sí, tal como lo lees. ¡Sin ver nada de nada! Pero ¿sabes qué? Nosotros eso de no ver demasiado bien… ya lo llevamos de serie. ¡No vemos ni a tres palmos! Pero tenemos otra vista que nunca falla: la de la risa.
Con cada cucharada a ciegas, en lugar de preocuparnos por si acertamos en la boca o si probamos una aceituna en lugar de un trozo de sandía, escuchábamos. Escuchábamos risas, sonidos de sorpresa, alguna exclamación de «¡puaj!» y muchas de «¡mmmm!»… Y así, saboreando a tientas, nos dimos cuenta de una gran verdad: no hace falta ver con claridad para sentir con intensidad.
El Profesor Síntesis y yo nos llenamos de sabores, sí, pero también de momentos mágicos. Porque cuando te tapas los ojos, se abren otros sentidos: el oído, la intuición… y sobre todo, la atención al otro. Y en eso los payasos tenemos mucha práctica.
Porque al final, lo que más nos alimenta no es la comida (que también), sino la conexión con las personas. Esa mirada que no ves pero que sientes. Esa complicidad que aparece cuando te dejas llevar por la confianza y el juego.
Y así, entre bocados, risas y algún que otro lametón inesperado, descubrimos que la mejor manera de ver claro… es mirar con el corazón.
Sion Camilla