Un circo inesperado en la UCIP

Llegamos Cataplasma y yo a la Unidad de Cuidados Intensivos de Pediatría (UCIP), y justo al entrar, la doctora Clavero nos pide acompañarla al box 2. Allí hay una niña de 6 años que están a punto de sedar para hacerle una biopsia hepática. Nos dice su nombre y nos dirigimos hacia allá.

El box 2 es uno de estos de aislamiento con dos espacios y, por lo tanto, dos puertas de vidrio. Entre la primera y la segunda, hay un biombo plegable que tapa la visión de la cama de la niña.

Sin decir nada, la doctora pasa ante nuestro y, moviendo el biombo, nos impide el paso mientras hace un tipo de presentación estelar, casi circense, por nuestra entrada. Se nota la expectación que se ha creado entre el personal sanitario, la niña y su madre dentro del box.

Cuando intentamos entrar, la doctora mueve el biombo y nosotros chocamos. Pasamos por el otro lado y vuelve a pasar lo mismo. Esto hace que demos unas cuántas vueltas al biombo, nosotros, los payasos, persiguiendo a la doctora. Todo ello es muy cómico y todo el mundo se ríe.

Finalmente, la doctora entra al box y nosotros la seguimos. Hacemos las presentaciones “formales” y, con la complicidad del personal sanitario, actuamos mientras hacen el procedimiento de sedación. Cantamos el Rock Clownètic, jugamos, tocamos el ukelele, y todo va de maravilla.

La niña se duerme tranquila y la madre nos da las gracias con una sonrisa de alivio.

Más tarde, coincido con la Dra. Clavero en la cafetería del hospital y me comenta cómo de bien ha ido a pesar de que se lo ha pasado muy bien haciendo de payasa, aunque solo fueran unos momentos.

Es en situaciones como esta cuando nuestro trabajo llega a los momentos más álgidos, y para nosotros es muy satisfactorio.

¡Gracias!

Aspirino