Estamos pasando por las habitaciones de los pacientes oncológicos de infantil en el Hospital Universitario Son Espases. Somos el profesor Síntesis y yo, en Pildorín, que soy muy pillo y voy con monopatín.

Al otro lado del pasillo sentimos una niña que llamamiento y llora muy fuerte; es una pequeña con una patología neurológica severa y disfunción motora. Pedimos permiso para entrar y la madre nos lo da; nos reciben con las puertas abiertas.

Cuando la vemos gritar tanto, inmediatamente cantamos «Malaika», a ella le gusta mucho y deja de gritar automáticamente. De repente se pone contenta y de vez en cuando ríe y mira su madre.

La madre también se alegra de ver la reacción de la niña.

Nosotros también nos alegramos de ver su transformación. Se queda súper tranquila y feliz. La madre nos lo agradece, nos despedimos y vamos hacia otra habitación. Ha sido un momento muy mágico…

Pildorín 🤡