El poder de la música

Me encantan los bebés, no lo puedo evitar. Valentina se vuelve loca con ellos, ¡simplemente me los quiero comer! Estamos en el hospital de Manacor, entramos en la unidad neonatal, y una enfermera está acariciando con cuidado a un bebé precioso. Tiene que limpiarlo porque acaba de nacer, pero no para de llorar.

Al principio, la enfermera nos dice que es un bebé muy pequeño y que no hace falta que hagamos nada. Le pedimos que nos deje intentarlo, que si no, nos vamos. Y entonces sucede el milagro.

Empezamos a cantar “INÉS” y el bebé deja de llorar y fija toda su atención en la música. Me emociona mucho cuando los recién llegados a este mundo perciben la sensibilidad de la música, escuchan y se calman.

Una anécdota sencilla, pero para mí muy gratificante. ¡Y qué bebé más bonito!

Valentina Ventolina