Nuestra deliciosa # ToribiaMolécula hoy nos cuenta…
El otro día canté con ella. Quien la conoce sabe que no puede hablar como nosotros y eso hace que su comunicación sea mediante un lenguaje especial, hace que su mirada hable más que muchas miradas anodinas que nos cruzamos cada día… Hoy me gustaría compartir con vosotros la historia que viví cuando canté con ella:
Un día encontré en su habitación una almohada de Justin Bieber. A Toribia no le gusta nada Justin Bieber, prefiere clásicos de rock, pero por supuesto que por ella y para ella tenía ganas de tocar una canción y le preguntó cuál era su «favorita». «Baby» escribió ella en el ordenador que utiliza para expresarse mejor con la gente. La primera vez que Toribia escuchó la canción le costó sacarla, una canción que no conocía y que no le gustaba, pero aun así la trabajó, la aprendió y un día la tocó con ella. Justo en ese momento sus ojos se abrieron, un poco más de lo que ya están abiertos, y empezaron a brillar, cantó toda la canción entera conmigo, la cantó mucho mejor que yo, y a mí me empezaron a subir unas hormiguitas por el cuerpo que me dejaron temblando. Justo en ese preciso instante, en que cantábamos juntas ella y yo, el mundo era pequeño, apenas cabíamos ella y yo, cantaba y cantaba y con esos ojos grandes y brillantes me decía: ¡gracias, gracias y gracias! Y a mí, que me temblaba todo, la emoción me llegó en forma de lágrimas que, finalmente, convertí en risas. Y después de lo que sucedió ¡la canción me encanta, a Toribia le encanta! Me gusta porque para ella, una adolescente enamorada de Justin Bieber, es una canción muy importante y por eso, porque la música es tan bonita y tan importante en esta edad, ahora para mí, para Toribia, también es una canción muy importante. Porque seguramente le ha provocado sentimientos de amor por dentro y la sensación de ser absolutamente invencible y mágica.